El vínculo del adulto cuidador con el niño

   
     

El vínculo del adulto cuidador con el niño

  

Los vínculos afectivos que se dan los 3 primero años de vida   son esenciales para una construcción de nuestra personalidad y nuestro equilibrio psicosocial por lo tanto para poder establecer  un vínculo con el bebé  tenemos que estar atentos a ellos para
brindarles atenciones cotidianas y así generar  una confianza con ellos.

El bebé se va desarrollando conforme el va creciendo , al hablarle responderá emitiendo algunos sonidos; el bebé buscarás atraer la atención del adulto por medio de sonidos, gestos, llantos, balbuceseos, etc. entrando en interacción con él colaborará cada vez mas durante los cuidados que tienen sobre él.

Un bebé al que se le permite participar activamente de los cuidados, requerirá menos de la asistencia del adulto y de esta forma alcanzará sentimientos de competencia y seguridad en sí mismo que lo acompañarán durante toda la vida , vivirá en un equilibrio emocional y afectivo satisfactorio , y aprenderá también a tomar iniciativas en otros aspectos aún sin la presencia del adulto.


El vínculo puede ir cambiando a través del tiempo ya sea por su religión, costumbres, hábitos , familia y la persona con quien surja la relación. Es posible que un niño establezca un vinculo poco seguro  con su madre o padre durante su primera infancia pero más adelante tiende a cambiarse de un vínculo poco seguro a un vínculo reconfortado y positivo.

 De esta manera, cualquier cuidador del medio familiar o social, juega un papel protector en el desarrollo de la persona. En este sentido, la resilencia es resultado de las transacciones y experiencias internas y externas del niño con un ambiente, más que el resultado de características propias de la persona (Delage, 2010; Egeland et al., 1993).